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8.3.12

Encarnación de Jesús

Encarnación de Jesús




El plan de Dios para rescatar a la humanidad (Jn 3:16; 1 Jn 4:9) demuestra su amor en forma convincente, en este plan su Hijo fue “ya destinado desde antes de la fundación del mundo para que fuese el sacrificio por el pecado y la esperanza para la raza humana(1 Pd 1:19,20) El nos haría volver a Dios y proveía liberación del pecado al destruir las obras del diablo(1Ped 3:18)

El pecado había separado a Adán y Eva de la fuente de vida y debiera haber causado su muerte de inmediato, pero en armonía con el plan establecido antes de la fundación del mundo, Dios el Hijo se interpuso entre ellos y la justicia divina.

Tan pronto como Adán y Eva pecaron, Dios les dio esperanza prometiendo una enemistad entre la serpiente y la mujer; entre su simiente y la de ella.(Gn 3:15) Desde ese momento la humanidad comenzó a esperar la venida del Prometido.







Dramatización profética de la salvación:

Después de la caída en pecado, Dios instituyó el sacrificio de animales para ilustrar la misión del Salvador venidero. Este sistema simbólico ilustraba la manera en la que el Hijo de Dios habría de eliminar el pecado.

Por causa del pecado, la raza humana se vio en peligro de muerte(Gn 2:17; 3:19 1Jn 3:4 Rom 6:23) La ley de Dios demandaba la vida del pecador, pero en su amor Dios entregó a su Hijo “para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna”(Jn 3:16)

Posteriormente al éxodo de Israel, desde Egipto, los sacrificios empezaron a realizarse en un tabernáculo, como parte de una relación entre Dios y su pueblo.

Para obtener el perdón, el pecador arrepentido debía llevar un animal para sacrificarlo. El cual no debía tener ninguna imperfección, puesto que representaba al Salvador. El pecador colocaba su mano sobre el animal y confesaba sus pecados (Lev 1:3,4). Este acto simbolizaba la transferencia del pecado, desde el pecador culpable a la víctima inocente, revelando así la naturaleza sustitutiva del sacrificio.

Por cuanto “sin derramamiento de sangre no se hace remisión de pecado”(heb 9:22), el pecador mataba a continuación el animal. Luego la sangre era presentada en el santuario por parte del sacerdote.

Una vez se realizaba el ministerio sacerdotal(Lev 4-7) el pecador recibía el perdón de los pecados por su fe en la muerte sustitutiva del Redentor Venidero.

El Nuevo Testamento reconoce que Jesucristo, el Hijo de Dios, es “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo ” Jn 1:29 A través de la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación (1Ped 1:19) Cristo obtuvo para la raza humana, la redención del castigo eterno.







Identificando al Mesías:

Promesas en el Antiguo Testamento Cumplimiento en el Nuevo Testamento

Del linaje de Abraham Gn 22:18 Mat 1:1 Gal 3:16

Niño divino-humano Isa 9:6 Mat 1:23

Del linaje de David Mat 21:9

Nacería en Belén Miq 5:2 Luc 2:4-7

Nacería de una virgen Isa 7:14 Mat 1:18-23

Su misión Isa 61:1,2 Luc 4:17-21

Rechazado por muchos Isa 53:2-4 Juan 1:11

Traicionado por un amigo Salm 41:9 Juan 13:18 18:2

Vendido por 30 piezas de plata Zac 11:12 Mat 26:14,15

En juicio escupirían y azotarían Mat 26:67

Echarían suerte por sus vestidos Salm 22:18 Juan 19:23,25

Costado traspasado Zac 12:10 Juan 19:34-37

Sin huesos quebrantados Salm 34:20 Juan 19:32,33

Su resurrección Salm 16:10 Hechos 2:31









El tiempo del ministerio del Mesías

Más de cinco siglos antes, por medio de Daniel, Dios Había predicho el tiempo exacto del comienzo del ministerio de Cristo así como de su muerte.

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador” Daniel 9:24-27

Hacía el fin de los 70 años de la cautividad de Israel en Babilonia, Dios le reveló a Daniel que les había asignado a los judíos y a la ciudad de Jerusalén un periodo de prueba de 70 semanas.

La profecía de Daniel especificaba que el Mesías había de aparecer “siete semanas y sesentas y dos semanas” es decir 69 semanas, a partir de la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén. Después de las 69 semanas se quitaría la vida al Mesías. Habría de morir a la mitad de la semana 70 “haciendo cesar el sacrificio y la ofrenda “La clave para comprender las profecías cronológicas se encuentra en el principio bíblico, según el cual un día equivale a un año(Num 14:34 Eze 4:6) Según este principio un día por año. Las 70 semanas (7 x 70=490 años)

Daniel declaras que este periodo debía comenzar “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén(Dan 9:25). Este decreto que concedía plena autonomía a los judíos, fue proclamado en el año séptimo del rey persa Artajerjes, y se hizo efectivo en el otoño del año 457 aC(Esdras 7:8;12-26; 9:9).

So contamos 483 años(69 semanas, día x año) desde el 457 antes de Cristo, llegamos al otoño del año 27 de la era cristiana, cuando Jesús fue bautizado y comenzó su ministerio público.

En ocasión de su bautismo en el Jordán, Jesús fue ungido por el Espíritu santo y recibió el reconocimiento de Dios como el Mesías(hebreo) o el Cristo(griego), ambos términos significan “el ungido” (luc 3:21,22; Hech 10:38 Juan 1:41) La proclamación de Jesús “El tiempo se ha cumplido” (Mar 1:15) se refiere a esta profecía cronológica.



A la mitad de la septuagésima semana, en la primavera del año 31 de nuestra era, exactamente 3 años y medio después del bautismo de Cristo, el Mesías causó el fin de los sistemas de sacrificio al entregar su propia vida. En el momento de su muerte el velo se rasgó en dos, de arriba abajo (Mat 27:51) indicando así la abolición de todos los servicios del templo. Todos los sacrificios habían apuntado al sacrificio de Jesús.

En el tiempo exacto, indicado por la profecía, durante el tiempo de la pascua él murió, Palo dijo: “Porque nuestra pascua que es Cristo ya fue sacrificada por nosotros…(1Cor 5:7) esyta profecía asombrosamente exacta presenta una de las evidencias más fuertes de la verdad histórica fundamental de que Jesucristo es el salvador del mundo.











Este escrito ha sido adaptado del libro Las 28 creencias de los Adventistas de los Séptimo Dia, capítulo Dios el Hijo.

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